M P: Capitulo 29
Últimos días en El Bolsón
Despidiéndome casi de tremendo viaje, tanto
en kilómetros recorridos como de
paisajes únicos y formidables, me encontraba en un punto, en el cual,
evidentemente no quería ni pensar en la vuelta a casa, mi planificación ya
había acabado, pero mis ganas de seguir recorriendo claramente no. Después de
hacer un exhaustivo recuento monetario, decidí que me alcanzaba la plata para
pasar unos días y sacarme el gusto en tan linda villa que había dejado fuera de
mis planes iníciales, en un esfuerzo evidentemente inútil de alargar esos momentos
de alegría y sentimientos tan vivos que
se tienen mientras uno viaja, los cuales, se iban a desvanecer de todas formas,
dando lugar a una melancolía dolorosa e
inevitable al final del viaje.
Así que, cargando mi media alegría (el
corazón contento a medias) por el final del viaje pospuesto indefectiblemente
para dentro de 3 días, salí a seguir recorriendo la bonita comarca del Bolsón, borrando
de mi mente los días venideros.
Habiendo descartado el cerro Piltriquitron
por su gran recorrido y complicaciones de acceso, como el precio exagerado de
$250 en remis hasta el bosque tallado donde comienza la senda, decidí realizar
paseos más cortos como visitar el cerro Amigo y la Cabeza del Indio.
Partí con Julia, una chica de La Plata que
resulto ser una gran compañía, a esos de las 9:00 de la mañana con el mate a
cuestas al cerro Amigo, a tan solo 2 Km de plaza Pagano y de muy fácil acceso
como se ve en la foto. Si bien el paisaje desde el cerro no es soñado, se deja
llevar bastante bien con unos mates y buena charla.
Después de pasarnos un parar de horas
hablando y apreciando el paisaje decidimos volver al hostel a prepararnos unos
sándwiches y partir en dirección al mirador del Azul y Cabeza del Indio, una
formación rocosa que evidentemente presenta forma de cara, con una expresión
bastante sufrida, por no decir de terror, que termina siendo mas una excusa
para caminar que una atracción en sí.
El despelote de La casa del Árbol. |
El recorrido es un poco más largo,
alrededor de 6 km hasta la cabeza y en subida, pero nada complicado. Desde
plaza Pagano subimos en dirección norte hasta calle Azcuenaga, doblamos a la
izquierda cruzando el río Quemquemtreu y desde allí seguimos la calle de tierra
Eduardo Seeir que sube el cerro.
Lo que más me gusto de esta caminata fueron
las vistas que se tienen hacia el río Azul, hay puntos en los cuales incluso se
puede divisar todo el valle hasta su desembocadura en Lago Puelo, un paisaje
bastante, bastante bello.
Después de pasar un rato en Cabeza del
Indio, mas por calor que por su atractivo, tomamos el sendero que parte desde
allí hacia Cascada Escondida a unos 4km en bajada bajo el bosque. Se arriba a
un tipo camping dentro de la reserva del INTA, ahí encontramos varias mesas, un
kiosco y baños donde se puede pasar la tarde, me imagino que funcionara en
verano porque a esa altura del año no estaba funcionando nada, y nadie nos
cobro el acceso al área. Desde allí se baja por un sendero que posee un par de
miradores hacia la cascada de no más de 8 metros de alto un poco escondida a la
visión como su nombre lo indica. En no más de 5 minutos se llega a sus pies, a
la orilla del arroyo, un lugar interesante para pasar el rato y refrescarse.
Se nos complico un poco la vuelta porque no
supimos encontrar el sendero de regreso al pueblo, nosotros cometimos el error
de seguir por la calle de tierra, y después de 20 minutos de caminata nos dimos
cuenta de que algo andaba mal, si, nos estábamos dirigiendo hacia la zona de
Mallín Ahogado. Gracias a unas personas que paramos pudimos encontrar una calle
que bajaba hacia el pueblo, donde después de caminar un rato salimos a la calle
de ingreso a Warton y Mallín Ahogado donde pudimos tomar un colectivo, salvándonos
de una importante caminata de regreso, por suerte!.
Al día siguiente, después de comprar
algunas cosas dulce y mi almuerzo en la panadería La Nona (por Av. San Martin
antes de llegar al automóvil club), me dirigí a sacar el pasaje por Vía
Bariloche hacia la ciudad homónima, en su local ubicado en Gral. Roca y Onelli
a una cuadra de Plaza Pagano, por ser la empresa que posee más horarios de
salidas desde El Bolsón, aquí también me hicieron el descuento de estudiante
(horarios y precios en Plataforma 10). Y para no echar de menos la ciudad, me despedí de
ella comprándome una terrible media docena de churros rellenos de frambuesa y
de dulce de leche al lado del local de Vía Bariloche.
Como dice el dicho: pansa llena, ¡corazón contento!