24 de diciembre de 2015

Villa Traful


Traful, es una deformación del vocablo de origen Mapuche Travul, que significa junta o unión. Este nombre se tomo del lago, que a su vez provino del río, haciendo alusión a su unión con el río Limay. De esta forma se le dio el nombre a la villa creada el 30 de noviembre de 1936 con fines turísticos.

La Villa, que cuenta con una población menor a 360 habitantes, es un conjunto de casas, negocios y edificios municipales salpicados dentro de un pequeño rectángulo de no más de 300 x 200 metros de lado. Enormes espacios verde dentro del mismo hacen muy ameno su recorrido a través de sus cortas y escasas calles de tierra.  

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Sin lugar a dudas, su principal atractivo es el lago Traful, donde radica la mayor belleza y cantidad de actividades turísticas, como ser: la navegación por el mismo, pesca, caminatas por su orilla, balneario, o una de sus joyas más explotada, la visita al bosque sumergido. También encontramos otros tipos de actividades como paseos y excursiones a distintos saltos, lagunas y cerros. Entre ellos se destacan los paseos a las cascadas Coa Co y Co Lemu,  la excursión a Laguna las mellizas y Pintura Rupestre, o el ascenso al cerro Negro y Monje a escasa horas de la villa. Toda ellas se presentan muy atractivas y permiten disfrutar de la naturaleza a pleno.
  
Si algo hay que destacar de Villa Traful es su tranquilidad, se puede pasear, relajarse y tomar unos días de respiro rodeado de exuberante belleza sin tener los sobresaltos típicos de las grandes ciudades. Uno de esos lugares para desenchufarse de todo. 

 


Luego de la breve introducción sobre Villa Traful, vuelvo al relato y a los datos de mochilero. El lugar no nos pareció excesivamente caro, si bien nos las arreglamos pagando poco para pasar la noche, encontramos algunos almacenes y una panadería con buenos precios que se ajustaban a nuestra expectativa de gastos, pudiendo sobrepasar de esta forma las comidas sin inconvenientes. Cabe aclarar también, que no permanecimos más de 2 días, siendo este, posiblemente, un factor importante en los mismos. También nos quedo claro que si uno quiere pagar excursiones, tendrá que sacar de su billetera varios pesos para solventar las mismas.
  
Después de pasear un poco, recorrer la villa, y almorzar sobre el lindo muelle, nos pusimos en campaña para seguir viaje a San Martín de Los Andes. Con las mochilas al hombro empezamos a caminar por la ruta de acceso a Traful haciendo dedo. Tras varios kilómetros tuvimos suerte, una pareja de jóvenes recién casados nos acerco hasta la rotonda de ingreso sobre ruta 40, que une Villa La Angostura y San Martín de Los Andes por el famoso camino de los 7 Lagos. Después de 1 hora sobre la ruta, nos recogió otro amable matrimonio de la ciudad de La Plata, en uno de eso autos importados, y nos llevo charla tras charla hasta los 2 campings que se encuentran sobre el Lago Lacar a 4 Km de San Martín. 

 
Hicimos noche en el modesto camping Lolen por $80 cada uno, estaba repleto, allí nos sacamos el gustito de comprarnos unas papas fritas y tomarnos un buen vino a orillas del hermosísimo lago Lacar mirando el atardecer. Al día siguiente iríamos a conocer San Martín y tratar de acampar sin pagar a la orilla del lago si era posible… 


La verdad no me puedo quejar, fueron mis dos primeras experiencias a dedo, las cuales resultaron gratificantes y enriquecedoras, asiéndome ver que viajar a dedo es mucho más divertido y entretenido que en hacerlo en colectivo.

Gracias a todas esas personas que sin ningún motivo, interés y poniendo una cuota de confianza sobre el ser humano, hacen posible que muchos jóvenes viajen, vivan y aprendan, a través de este tipo de experiencias. ¡Gracias a todos ellos!    

          

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