Cañón del Colca

B P: Capitulo 24:

  
Al día siguiente nos paso a buscar el colectivo por el hostel bien temprano. Con cara de dormidos nos levantamos a desayunar, para luego partir con destino al Cañón de Colca. Lo que menos imaginamos, es que íbamos a estar menos de 30 minutos junto a él.       

Después de los primeros 30 min en colectivo paramos en un mirador del valle de colca,  desde donde se puede apreciar el valle en sí mismo con todos sus sistemas de terrazas preincaicas pertenecientes a las culturas wari y collawas. Luego seguimos viaje al pueblito de Maca, donde paramos  a ver artesanías, la iglesia y la plaza principal. Todos estos pueblitos se estaban vistiendo de fiesta para el carnaval.  Presagio de la alegría que estaba por venir más adelante en el viaje.

Mirador, Valle de Colca.

Terrazas preincaicas.

Iglesia de Maca

Al fondo se observa las grietas causadas por el terremoto (Pueblo de Maca).

Preparación de festejos (plaza principal). 

A medida que avanzábamos, se podían apreciar los desniveles y movimientos de tierra impresionantes producidos por un terremoto que había azotado la región unos años atrás. Cuando digo movimientos me refiero a desplazamientos de entre 2 a 6 m de desnivel, con grietas en la montaña de varias cuadras de ancho, espectacular.     

Por fin llegamos al esperado cañón de colca, vendido por el guía como el cañón más profundo del mundo, pero cuando llegamos nos dice: En media hora tienen que volver al colectivo,  Que….. tan poco ….., asique sin discutir mucho partimos a los miradores del cañón, en ese momento preferí escaparle al mirador de la cruz, plagado de personas y nos fuimos a otros miradores ubicados a la derecha de este, más tranquilos, cuando digo tranquilos es porque en algunos no llegaba gente, asique uno se podía sumergir un rato en el silencio del cañón.

El tema de los cóndores, entiendo que había gente deseando ver estos hermosos ejemplares, pero para nosotros es una cosa de todos los días, asique mucho interés no teníamos, no nos afecto que no apareciera ninguno, una gran desilusión para otros!

Cañon de Colca.

El Mirador.

Luego de unas fotos, videos y los infaltables mates, tuvimos que volver al colectivo para emprender la vuelta. De nuevo realizamos algunas paradas en los miradores del valle, una de ellas estuvo interesante ya que paramos cercas de unas tumbas, ubicadas en las paredes de las montañas y aprendimos un poco de historia, aparte de ver algunas maquetas talladas en piedras de las terrazas agrícolas. A estas particularmente fui solo ya que me escape corriendo para tomarles  unas fotos.

Miradores.

El hermoso Valle del Colca. 

Tumbas de la cultura Collawa.

Maquetas talladas en piedra (terrazas).

  

Decepcionados por el poco tiempo que estuvimos en el cañón, planteándonos el error cometido de no haberlo realizado de forma particular, emprendimos el regreso a Arequipa.

Mientras volvíamos acordamos irnos 2 días a la playa, esto significaba ir a relajarse a la ciudad seca sin una pisca de verde llamada Mollendo….

Una vez que llegamos a Arequipa  alrededor de las 20:30 pm, regresamos al hostel imaginándonos que íbamos a tener lugar,  pero grande fue la sorpresa cuando nos dijeron que estaba lleno. Así que no quedo otra que salir tarde y con lluvia a buscar otro hostel en la noche de Arequipa. El tema se complico ya que no encontrábamos a precios accesibles, además se sumó el mal humor al darnos cuenta que la amiga de mi hermano se había olvidado la tablet en el colectivo. Se imaginan el mal humor y la tristeza de perder las fotos de todo el viaje. El resto de los chicos volvió al hostel a preguntar si se podían quedar a dormir en el comedor, en las bolsas de dormir, yo a esa altura no quería saber nada con la persona encargada del hostel, asique decidí irme a dormir a otro hostel aunque un poco más caro, bastante más cómodo.   

El resto de la noche se paso yendo y viniendo a la agencia para ver si habían encontrado la tablet. Con la decepción al decirnos que no, pero con la convicción de que estaba ahí, esto no quedaría así…….!!                

Capitulo 25: Mollendo