Destino Sucre

B P: Capitulo 26: Cuna de la Libertad Americana

 

Mientras esperábamos en Puno el cambio de colectivo,  salvábamos a una pareja de asiáticos de ser estafados con cobros exagerados del tour de las islas de los Uros mas una entrada ficticia que le adicionaban a este, siendo un precio 4 veces mayor al correspondiente.

Lamentablemente esto sucede mucho,  sobre todo a los turistas que llegan sin tanto conocimiento y de habla no española.

Habiendo realizado la buena obra del día (en realidad uno actúa solamente por bronca, ya que ver gente que estafa gente genera precisamente eso), continuamos rumbo a Copacabana de madrugada, otra vez la aduana fue muy rápida sin contratiempos. Esta vez en Copacabana no tuvimos que esperar tanto tiempo para partir rumbo a La Paz.

Llegamos a La Paz alrededor de las cuatro de la tarde, lo primero que hicimos fue comprar los pasajes hacia ….. Sucre…., Charcas…., o La plata?, no! tal vez era Chuquisaca!!. Este nos salió en asiento semicama por la empresa el Dorado $80 bol.

Ya que el bus partía a las 21 hs, esa tarde nos dedicamos a comprar los últimos recuerdos y regalos de viaje. Dejamos las mochilas en los guarda equipajes del fondo de la terminal, no eran caros,  pero tampoco regalados, no recuerdo precisamente el precio, puede ser que alrededor de $12 bol o menos, en fin lo importante es el dato, así no andan con las valijas por la ciudad, cuando digo guarda equipajes es una señora que los guarda en una habitación, no un locker, con candado.

Después de 12 hs de viaje y de haber visto una película que no me gusto para nada, una boliviana, (llamada la bicicleta de los Huaca), estábamos en Sucre, la última ciudad del viaje. Esta nos recibía nublada y con agua. La aventura continuaba, momentos inolvidables estaban por venir y difíciles también, como por ejemplo tratar de permanecer secos, así que no nos podíamos relajar. 

Lo primero que hicimos fue pedir un mapa de la ciudad y comprar los pasajes a Villazón para el regreso, así no teníamos que volver a la terminal. Luego empezamos a caminar en dirección al centro mientras buscábamos hostel. Después de preguntar en varios encontramos uno en la calle Aniceto Arce  entre Lima Pampa y Cruz Verde a tres cuadras de la Plaza de Armas. La verdad que estaba bastante bueno ya que dentro de la habitación además del baño privado, tenía cocina, lo que nos permitió hacernos de comer estos días restantes ya que llegábamos pobres de presupuesto.

Sucre.. Sucre… Sucre !!, no sé si fue sus casas blancas, su plaza, sus edificios, historia o su gente; tal vez los aires impregnados de carnaval, no lo sé!,  pero de algo si tengo certeza, quedaron recuerdos imborrables, momentos increíbles que pasaron por la retina de los ojos, de mucha felicidad, que están guardado en la parte centro izquierda de mi pecho. 

Saliendo de la cursilería vuelvo a centrarme en las actividades que desarrollamos esa mañana.  Estando fresco con un poco de garua caminamos en dirección a la Plaza de Armas de Sucre. Esta plaza es hermosa, llena de arboles, flores, muy cuidada, la más linda que conocimos en todo el viaje. De repente escuchamos  sonidos, canciones,  algarabía, estaba pasando una gran cantidad de gente festejando y cantando por la calle, cortando el transito, siendo tan solo las 9:00 de la mañana. Estaban empezando los festejos de carnaval.

Plaza de Armas 25 de Mayo. 

Alrededor de la plaza se encuentra la Catedral metropolitana de Sucre, el palacio de gobierno, y la casa de la libertad, esta es imperdible, hay cosas adentro las cuales uno se pregunta como hicieron para tenerlas, se encuentra el sable de el mariscal Sucre, la declaración de independencia, un retrato de Simón bolívar, validado por el cómo su mejor retrato, y en particular dos cosas que me emocionaron mucho: los restos de Juana Azurduy y la bandera original del Ejercito de Belgrano de 202 años. Ver esta reliquia es increíble, a un argentino seguro que le toca el corazón. Lo que más le va a llamar la atención es que esta bandera, es la primera bandera de argentina siendo blanca, celeste y blanca. Y hay un montón de cosas más, muy interesantes.

Palacio de Gobierno.

Ingreso de Catedral Metropolitana de Sucre.

Casa de la Libertad.

A esta ciudad le quedan los vestigios de grandeza y derroches que tuvo en algún momento de su historia, con su príncipe, su arco del triunfo y su propia torre Eiffel. Pero se puede ver en la capital boliviana que el nivel adquisitivo de esta,  todavía sigue siendo mayor que en La Paz. Si leyeron bien! Sucre capital plena y constitucional de Bolivia, cuna de la libertad Americana, como proclama una inscripción bajo los pies de la estatua del Gran Mariscal Sucre.

Estatua del Mariscal Sucre. 

Esa  misma tarde caminamos hasta el mirador del Convento de la Recoleta, donde se observa una vista hermosa de gran parte de la ciudad. Desde allí divisamos el Parque Bolívar y nos dirigimos hacia allá atravesando calles sin veredas, iglesias del siglo  XVII, edificios y casas blancas, uno tras otros. Empezamos a recorrer el parque muy arbolado y nos dimos cuenta de que estábamos entrando en una zona de guerra…, empezaron a caer bombitas de agua cercas de nosotros en dirección a  la señorita que nos acompañaba en el viaje, pero  de un momento a otro estas ya no tenían distinción, no nos que otra que comprar armamento y empezar a defendernos. La torre Eiffel del parque se había convertido en una atalaya y debajo de esta se encontraba la mayor zona de guerra.

Plazuela Santa Cruz y Basílica San Francisco

Museo Colonial de Charcas

Sucre y sus calles.

Callejones sin veredas.

Mirador de La Recoleta.

Vista desde el mirador Recoleta.

Iglesia Santa Teresa.

Parque Bolivar.

Torre Eiffel (Parque Bolívar).

Antigua estación presidente Arce. 

Después de luchar una media hora alrededor del parque volvimos bailando a la plaza de armas con un grupo de chicas que venían festejando el carnaval,  era el día que les tocaba a las mujeres de la familia festejar y a los hombres solo tocar los instrumentos. Eso cambiaría en los días siguientes al igual que la dificultad de andar seco por la calle.    

De Festejos!

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